viernes, 4 de abril de 2008

La forma prostituta de la fe

"El monarca" es un portaaviones que lleva sal
y no aviones. La sal como rastro, como
signo de otra cosa.
Supongo; espero.

La fe es una forma de la apropiación,
otra forma política de la imaginación.
La luz es objetiva y el ojo no: "¡Que
llueva!" espero. Espero que llueva luz.

Ojalá el sol nunca se apague
pues amo la sombra, la
dialéctica sombra.
Amo, deseo, la luz del sol.

El rastro de sal, el antiguo dinero:
la forma prostituta de la fe.

3 comentarios:

Historia de los Días dijo...

vivir en la dialéctica sombra, tambien es vivir en la dialéctica luz, imagino........me recuerda un poema de Blanca Varela:

reja

cual es la luz
cual es la sombra

Anónimo dijo...

Pablo:

Vuelvo a comunicarme contigo. Tus poemas son altamente interesantes para mí. Muchas cosas podría decir de ellos, pero quizás la más relevante sea que te exhiben como un poeta de estilo personalísimo y claramente definido, lo que constituye de por sí un mérito significativo. Por otra parte, eres coherentemente fiel a ese estilo en cada una de tus obras.

Por las virtudes de tus trabajos, creo que no merece la pena que, aquí o allá, tu escritura presente algunas fisuras sintácticas. Dado que incluyes en tu estilo deliberados recursos de alteración del discurso esperable y de modificación gráfica de la escritura "normal", hay veces en que no estoy seguro de interpretar tu intención, por lo que puede ser que considere una falla lo que no lo es.

Sin embargo, en este poema concreto, permíteme dos comentarios constructivos:

- Habría que eliminar la tilde de "fé", pues, como monosílabo y palabra no expuesta a anfibología, no debe llevarla. Esto se hace más importante porque forma parte del título.

- Cuando dices "Amo, deseo, a la luz del sol", estás diciendo que amas y deseas estando expuesto al sol. ¿Es eso lo que quieres decir? Si quieres significar que el sol es objeto de tu amor y tu deseo, deberías decir "Amo, deseo, la luz del sol". No quiero extenderme en fundamentaciones, pero te comento que esto se vincula con el uso de la preposición "a" con complemento directo de cosa.

Es feliz y precisa la alusión a la sal como "el antiguo dinero" (el "salario").

Hasta cualquier poema.

J.A.

Anónimo dijo...

¡Bravo! Ahora, nada perturba la apreciación de tu excelente creación.

J.A.

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