miércoles, 3 de junio de 2009

Araña, dinamita

y el comienzo fue el ojo el tacto.
Desde abajo, el viento es pasto.
A veces camino entre baldosas
como una persona.

Me dijo que es tarde pero le respondí que nunca es tarde para vernos, ni para tocarnos, ni para calmarse
la brutalidad.
Los reflejos absorbentes miran
en la quietud.
Mentira que porque nos hablemos nos conozcamos. Yo no te conozco para nada,
espero.
Las paredes tambalean impetuosas,
celebra ruinas la dinamita.
Soy un fuego que espera.
Te digo que escribo con cinco plumas porque no se cual funciona y cual no.
Choza de escombros mi interioridad.

Un corte en profundidad aunque me estés cociendo y no me digas nada de nada solo cantá, cantame algo -
En alguien hay que confiar (los colores),
para abandonar las ruinas.
Anoche sin miedo
el canto muerto que no se oye o se oye pero no se entiende porque no me lees ni yo te escribo,
ni músicas.

2 comentarios:

Mateo dijo...

Parece que esta es una de las plumas que sí funciona. ¡Muy bueno, Pablo!

botones de la suerte dijo...

Lo del viento desde abajo es pasto me parece muy bueno che. Todo el poema me encanta, no tan dark como el anterior... lo prefiero así.
Y a lo de la prosa o lo que sea le veo futuro.

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