viernes, 27 de febrero de 2009

Un rastro

Un tren que nunca me choca
gira y se desintegra
en el suelo común.

La casa se incendia
todos los días y,
el espacio,
el espacio...

Me parten cuatro rayos del fuego,
una luz que me enceguece.
La boca de la Luna que
te beso cada noche.

Mi silla es de la mañana
o de todos. Mi gato.

Almuerza, melancólico amarillo,
una playa o un legado,
una escaramuza.

Mis medias de alfil blanco,
mi huida.

Me veo ir como si vos me vieras,
como cada noche dibujada.

Otros espermatozoides que devienen ojos
viven y mueren siempre
en el aire.

2 comentarios:

Quappi dijo...

melancólico amarillo.
Podríamos decir que es un color memorioso.
Es lindo leerte.
Un saludo.

Noelia A dijo...

Críptico, conceptual, muy bueno.
Saludos.

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