miércoles, 28 de marzo de 2007

La vida puerca

Así vivíamos días
de sin par emoción
gozando el lenguaje de los latrocinios, aquel lenguaje
que tenía
para nosotros
un lugar especial y
hasta parecía pagarnos
con expresivo dinero.

No sé como no robar.
Mis tejidos inorgánicos no serán nunca propiedad,
pues a ella le escapan
los expresivos lenguajes.

Tampoco es para que nos pongamos a imitarnos,
pues nunca seremos tan reales como la vida misma.
(Todos, SIEMPRE, tenemos, los pies sucios)
(Todos, SIEMPRE, tenemos, un maestro suicidado)
y vamos a los asaltos,
vamos, como frente a un cadáver,
un coro de gitanos.


-Bueno, mirá, en tanto que yo me arreglo con las bombas, vos empaquetate los libros.

1 comentario:

Sory dijo...

Escribo para comentarte que me han gustado tus poemas. Soy una estudiante de letras que quiere titularse con una tesis sobre El juguete rabioso. La vida puerca, por algunas obvias razones, es el que me ha gustado más.
Saludos.

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