En esta montaña hay
una escalera de hombre o
un monstruo de crío.
Esta enfermedad es una mejoría.
El viento viene,
se viene sin arena
pero con ardor.
Un ardoroso crío
mi triste imaginación.
Entierrados todos menos los peces
me enseñan sobre libertad
y hasta las tripas ladran
(las tripas de los peces).
martes, 15 de enero de 2008
Los peces que a veces soy
Escrito por Pablo Di Luozzo en 1:14
Etiquetas: animales, crio, enfermedad, hombre, imaginacion, la libertad, ladrido, peces, tripas
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